Tuesday, May 28, 2013

UN TEMPLE DESINTEGRADO



Heriré alpastor y se dispersarán las ovejas (Marcos 14:27)
Habían pasado varios años en que sus principales jefes fueron ejecutados en la hoguera; Sus compañeros le buscaban para que convocara a la elección de un nuevo Maestre del Temple, pero el tenia otra misión que cumplir de su jefe el Maestre JaQues De Molay, Asegurar el tesoro Templario. Pero ¿Qué era el tesoro Templario? Los documentos y objetos históricos valiosos habían sido guardados en un lugar seguro desde el retorno del Temple a Europa, los Templarios que lo transportaron nunca regresaron de su misión, habían desaparecido con ellos. Desde entonces, solo el Gran Maestre sabia del refugio de esa colonia perdida y este secreto solo se transmitía al Nuevo Maestre a través del Tesorero, que lo entregaba (según se decía) al nuevo Maestre, mediante un cilindro sellado con instrucciones para abrirse, pero ¿Que en realidad había pasado esta vez? Todo esto recordaba mientras contemplaba las estrellas en un campamento en el que descansaba con un grupo de compañeros que había escogido para que lo acompañaran en esta misión.  Meses antes de su aprehensión, el Maestre le había citado para una reunión privada con él muy importante. La reunión se llevo a cabo en un salón-estudio en la fortificación en Paris a la que llamaban La Casa Mayor Del Temple y que años después se convertiría en la prisión donde fueran encarcelados los miembros de la realeza, de donde salieron para ser llevados a ser ejecutados en la guillotina por orden del nuevo gobierno. El salón estaba lleno de documentos, libros, pinturas, armas y escudos en  las paredes, armaduras, emblemas, banderas y objetos diversos que reflejaban el arte exquisito  proveniente del medio oriente y el norte de África. Una enorme chimenea de piedra se alzaba al centro de una de las paredes y en frente de ella, un enorme sillón sofá de piel y a sus lados, 2 sillas del mismo material, con altos respaldos hermosamente labrados en madera, todos ellos colocados sobre un tapete persa y al centro del conjunto, una mesa  de fina madera con una cubierta de mármol, sobre la que habían sido colocados un par de copas de oro y una licorera con un vino proveniente de uno de los viñeros Templarios ubicados en Francia. El caballero fue conducido por un escolta del Maestre, quien le invito a sentarse en el amplio sofá, diciéndole que su jefe, no tardaría en llegar.  Había oscurecido y solo la guardia del castillo parecía estar despierta. El salón se hallaba iluminado con la luz de los cirios colocados en el salón descansando sobre hermosos candelabros que le daban un dramatismo al cortinaje y objetos dispersos en las paredes. Al poco rato, la puerta fue abierta por un guardia, dando paso al gran maestre de los templarios, quien ya se había despojado de su uniforme y en su lugar, traía un ropaje suelto propio para descansar. El caballero se puso de pie para recibirle, y el maestre, ocupando uno de los sillones de alto respaldo, le pidió volviera a sentarse y ponerse cómodo, mientras servía las copas con vino y le entregaba una al caballero.  Agradeciendo la copa. El caballero tomo la palabra; “Señor, desde que supe de esta reunión privada, no he podido conciliar el sueño, he revisado mis tareas y buscado fallas en ellas y no he podido precisar motivos para esta reunión”. El Maestre le sonrió y replicando le dijo, “Querido Marshall, no debe de preocuparte ninguna de tus actuaciones, el motivo de esta reunión, nada tiene que ver con ellas, sin embargo, debo de hacer historia de tu llegada al Temple, la cual fue hace no muchos años. Eras muy joven y venias de una honorable familia italiana, a pesar de ello, no llegaste con recomendaciones especiales, solo tu caballo y tus mas indispensables pertenecías. Según nos contaste, tu padre al saber de tu decisión de unirte al Temple, no mostro ninguna sonrisa, pero  tampoco te lo prohibió, pero con un tono serio te dijo; “no llevaras dinero, tendrás que trabajar en el camino para solventar tus gastos y comida, cuando llegues, preséntate en la casa del Temple en Paris, y pregunta por el caballero Antonio Dontello, dile quien eres y pídele protección mientras te admiten, él sabe que no le pediré favores para ti y que solo por tus merecimientos podrás ser admitido, pero confía en él y dale mis saludos, es un viejo conocido.” Después de saborear el contenido de su copa, continuo dirigiéndose al Marshall; Se te asignaron varios días de prueba donde supimos de tu destreza en las armas, de tu decisión de carácter y de tu coraje. Traías estudios que otros caballeros no tenían y tu lealtad y tu Fe fue probada de varias y pequeñas formas, al final de tu examen, fuiste aceptado como aspirante y fue entonces que te presentaron conmigo. Yo no conocía personalmente a tu padre, pero había oído hablar de él, así como de tu familia establecida en el norte de Italia, personalmente me di cuenta de lo bien entrenado que venias en las armas, por lo que tu entrenamiento en esa área fue muy breve en el Temple, y no dude de asignarte como asistente de mi viejo Marshall con el cual recorriste gran parte e nuestros territorios y encomiendas acompañándolo como escolta. Finalmente fuiste ordenado Caballero y se te entrego tu espada, tu caballo y tu uniforme, también se te asigno un escudero; Tu primera misión fue reorganizar las principales rutas que unen a las principales ciudades de Europa y pasaste horas interminables aprendiendo de la historia del Temple, de su espiritualidad y de sus reglas. Cuando murió el viejo Marshall, yo mismo te propuse como sus sucesor;  Tú protestaste argumentando que había caballeros con más experiencia en las armas y con más méritos que tu en el Temple  para ocupar ese puesto. De hecho me propusiste varios que conocías personalmente, gracias a tus recorridos por los territorios del Temple, y aunque fuiste muy efusivo, tuve que replicarte. Como veras, en la historia del Temple, este se ha modificado bastante, desde que Tierra Santa fue retomada por el Islam, Europa nos ha hecho más gordos y más ricos y he estado pensando que el Temple debería retomar los principios de nuestros fundadores, de lo contrario, estamos condenados a desaparecer. He tenido algunas platicas con Obispos y Patriarcas para retomar nuestra posición de monjes guerreros pero ahora, enviando algunos de nuestros caballeros a preparase para ser ordenados como sacerdotes, de esta manera, estaríamos listos  para convertir nuestras armaduras en hábitos. El Papa parece entusiasmado con esta idea, pero no muchos Obispos y Patriarcas, que recelan aun, de nuestra cercanía y dependencia directa con él, además de que desean con toda seguridad, obtener muchos de nuestros territorios para sus diócesis. Actualmente estamos llenos de funcionarios y oficiales de buró, las cruzadas fueron la reacción contra las ambiciones territoriales del Islam, Nuestra estancia en sus tierras nos ayudo a conocerlos mejor, saben respetar su palabra, tienen honor, te dejan convivir con ellos y te permiten ejercer tu religión cuando su gobierno no es radical y aunque cobran grandes impuestos, no lo hacen con el abuso de los reyes cristianos. Ahora sabemos que las quejas de los cristianos en medio oriente, no tenían la magnitud que fueron dadas por el Papa Urbano II  sin embargo, lo que si era real, era su avance hacia este continente y recordando la invasión en Europa, proveniente del Islam del Norte de África, a tierras portuguesas y españolas, aunque nos enriquecieron culturalmente, si eran un peligro para la fe católica, por eso sin pensarlo mucho y acariciando la idea de que una tregua permanente entre las luchas de reyes y nobles cristianos, cambiando su escenario de pelea, los alentó a la cruzada, una forma de llamarla “guerra santa”    que realmente fue, la ambición de las monarquías escudándose en una fe mal interpretada, una locura de los hombres y de sus poderosos en Europa. Cuando establecieron el reino de Jerusalén y regresaron al continente para reanudar sus rencillas feudales, dejaron un reino indefenso rodeado de fuerzas contrarias que respetaban sus acuerdos de paz. Sin embargo, salteadores del desierto, seguían hostigando a peregrinos cristianos que continuaban  acudiendo en forma masiva a estos sitios considerados santos por el judaísmo, el cristianismo y el Islam. Cuando el Maestre Hugo de Payens se ofreció al rey de Jerusalén junto con otros caballeros a formar un  grupo de escolta para proteger estas caravanas, no significaba que el rey de Jerusalén no tuviera un ejercito con el que pudiera prestar ayuda a los peregrinos, pero este grupo de caballeros cristianos extranjeros, le daría la oportunidad de seguir recordando a los poderosos señores de Europa, que medio oriente seguía necesitando de su ayuda. La única forma de tener una fuerza militar independiente del poder de los reyes, fue sin duda el establecer una orden militar religiosa, y hubo que acudir a la teología de Santo Tomas de Aquino y a la influencia espiritual del mas prestigiado de sus jerarcas religiosos de aquel tiempo, San Bernardo de Clarivaux, además de varios años de intento, para dar formación a esta idea nacida de la locura de Dios. Una meta bien definida, proteger a los peregrinos en tierra santa, los reyes defenderían la fe en sus territorios, los pobres caballeros seguidores de cristo, defenderían a los peregrinos en medio oriente. Fueron ocho los que iniciaron esta locura divina, pero siempre se dijo que fueron nueve, el cual fue un misterio su identidad, no era la continuación de una “guerra santa” para ellos,  sino la misión de proteger a peregrinos, no a cambio de indulgencias espirituales especiales, sino a la entrega de su vida en el martirio y  defensa de su misión protectora. Tampoco fueron solamente nueve,  los que por años antes de su aceptación como orden religiosa, protegieron estas caravanas. Había soldados del rey, había civiles que en forma voluntaria se unían a ellos, y si el rey les otorgo lo que había sido el templo de salomón, en realidad eran las ruinas inservibles de lo que fueron las caballerizas del palacio cercanas  a un templo enterrado y destruido por Nabucodonosor bajo otro templo destruido y enterrado por los romanos los cuales se decían estaban bajo el domo dorado. La aceptación de la orden por el clero, no fue nada fácil, las reglas fueron rigurosas, escritas por San Bernardo; pobreza, obediencia a la autoridad, lealtad a la iglesia, no levantar la espada en contra de un hermano cristiano, el principio de castidad era simbólico, es decir, como monje guerrero, debía de tener una vida pura y no tener mujer, pero si así lo deseaba, podía renunciar o pedir un permiso especial para regresar a su familia, especialmente si quedaba discapacitado para la guerra a causa de sus heridas o deseaba retomar el negocio de su familia o el cuidado de ella, nuestra castidad es por lo tanto espiritual.   En medio oriente era, como lo es hoy en día, la autoridad máxima el Gran Maestre, que le daba una posición equivalente a la de un Obispo o Apóstol, con funciones diferentes, es decir, poder para ordenar a un caballero o para participar en concilios de la Iglesia. Aceptamos tener capellanes religiosos de otras ordenes, para administrar los servicios de culto, pero nos mantuvimos a un lado de ordenar sacerdotes de nuestra gente, aunque con el tiempo, los acepatamos como Templarios pero sin que saliera de nuestras filas ningún nuevo sacerdote. Nos convertimos en una prelatura personal al servicio directo del Papa, pero solo como jefe terrenal espiritual, pues nuestros asuntos relacionados con la guerra, nos mantenía como fuerza independiente cuya cabeza principal es el Gran Maestre, siempre fieles a Jesús, como centro y fuerza verdadera por el quien morir, nos hace felices. La idea de dependencia única al Papa, es de gran importancia para mantener los enormes gastos que requiere el tener un ejercito siempre listo a la batalla ya que nos libera de la carga de impuestos y diezmos a la jerarquía eclesial, de la cual somos independientes, aunque juramos obediencia espiritual en algunos aspectos que nada tengan que ver con nuestra misión de monjes guerreros, además de que nos permite ignorar las ambiciones militares y políticas de nuestros reyes de cuyas disputas nos mantenemos alejados aunque hemos prestado  protección a quienes han acudido huyendo de sus enemigos a refugiarse en nuestras casa las cuales al igual que las iglesias y conventos, son consideradas sagrarios. Esto también nos abre la puerta para proteger y guardar documentos y objetos que serian motivo de sanción  o destrucción de parte de la jerarquía eclesial o del poder de los reyes a través de la inquisición, aunque hemos establecido refugios secretos para proteger estos tesoros al que solo tienen acceso un limitado numero de personas, cuya misión es estudiarlos y analizarlos y solo darlos a conocer  cuando consideren que nuestra Fe y nuestra doctrina no sean amenazadas por ellos.
En medio Oriente, nuestros jefes principales y sucesores al puesto de Gran maestre lo eran y siguen siendo los perceptores o jefes de Territorios o encomiendas pero le sucedían en rango, el Senescal que es un Jefe sustituto burocrático que representaba al Gran Maestre en su ausencia, no en su muerte. El Marshall es la única autoridad en el combate, le seguían El Mercader de ropa. el herrero en jefe, el cocinero en jefe y el medico principal, los cuales cargaban con las mas grandes responsabilidades en una orden religiosa dedicada a la guerra. Nuestros caballeros marchaban al combate con sus escuderos montados en ancas de sus caballos, esto creo otra leyenda que nos esforzamos en mantener, pregonando nuestra pobreza; la realidad es que nuestros escuderos eran la segunda fuerza en el combate, desmontando a una distancia prudente de la batalla, y esperaban  con mas armas a que el caballero regresara, aunque los caballos estaban entrenados para regresar al escudero que al verlo llegar sin su jinete, montaban en el y se dirigían al combate a buscarlo y muchas veces morían con el, jamás huían del combate y era común  en una derrota, verlos muertos a todos.  Hoy en día, estamos llenos de oficiales que los han ido desplazando y que se dedican a funciones de buro, fuerza en la cual nos hemos convertido. Aunque contamos con el poder y  la riqueza material para intentar reconquistar tierra santa, no contamos con el apoyo de la jerarquía eclesial ni con el poder de los reyes, los cuales están más interesados en conspirar contra ellos mismos. Pero algo ha cambiado definitivamente con el Temple, la jerarquía eclesial nos odia porque nada recibe de nosotros como diezmo, aunque financiamos la construcción de grandes catedrales y apoyamos económicamente a muchos monasterios y párrocos en sus Diócesis. Los reyes nos deben sumas importante de dinero que nos han pedido prestado para alimentar sus interminables guerras feudales y nos hemos convertido en vez de guardianes de peregrinos, en guardianes de grandes riquezas de grupos y señores que confían en nosotros para mantener sus riquezas a salvo de la ambición de gobernantes o para transportar grandes sumas para la realización de sus negocios. Nuestras pocas acciones en combate, son las que realizamos contra bandas de ladrones y salteadores de caminos los cuales mantenemos bajo control a través de innumerables postas listas para el combate en los principales caminos de Europa, otra razón por la cual. Los reyes y poderosos nos temen y miran con desconfianza, pues muchos de estos grupos de salteadores son parte de ellos. La cruzada contra los cataros en el pasado, fue dolorosa para el Temple, pues había entre ellos, grandes amigos que nos confiaron muchas de sus riquezas y tesoros para custodiarlos, igual que en este momento acontece con los judíos, que temerosos de perder sus bienes, las depositan con nosotros para enviarlas a lugares mas seguros. Mira todas las transformaciones que ha sufrido el Temple, empezando con la cruz Templaria, y me señaló las cruces con emblemas de diferentes territorios y épocas que adornaban las paredes, ellas son prueba de las transformaciones que ha sufrido el Temple con nuestra inactividad de guerreros, y que son la causa de innumerables leyendas en torno al Temple, leyendas que nos debilitan internamente y nos destruyen. Por eso aquí, en la casa Mayor del Temple, yo exijo se utilice la cruz Templaria original aunque ancorada, con sus 4 brazos iguales que nos recuerdan nuestro origen en Jerusalén, con ocho puntas que simbolizan los ocho primeros caballeros que la iniciaron, todos unidos a su centro que representa a Jesús en medio de nosotros. Si, reconozco como tu que había otros caballeros mas aptos para el puesto de Gran Marshall, pero no estamos en guerra y sé que aunque muchos vieron con malos ojos esta mi decisión, y aunque sean ellos, hombres valientes, rudos para el combate y diestros en las armas, son también demasiado orgullosos para olvidarse de nuestros principios de lealtad del Temple, para olvidar de sus orígenes y cambiar la dirección de su lealtad con gran facilidad.  Por eso fue que te elegí a ti, y estoy satisfecho con el trabajo que has realizado en la reconstrucción de su fuerza militar, por  eso,  la razón por la que te he enviado llamar es de otra índole, debo informarte que he recibido noticias fidedignas y alarmantes respecto al Temple. Se ha confirmado una conspiración contra nuestra orden religiosa que proviene del Rey de Francia el cual desgraciadamente controla al Papa Inocencio, es obvio el deseo del Rey de apoderarse de las riquezas del Temple, no sabemos la magnitud de esta conspiración pero estamos seguros que es apoyada por una gran mayoría de la jerarquía eclesiástica de Francia con excepción de algunos cuantos los cuales nos han confirmado estos temores.  Se están preparando una serie de acusaciones falsas basadas principalmente en símbolos Cataros con los cuales nos quieren identificar pero están tramando otra serie de cargos relacionado con practicas satánicas y que se yo, con el proposito de llevarnos al tribunal de la inquisición. Confío en el Papa que de verse presionado, designe un tribunal justo que nos escuche y que los métodos de inquirir sean diferentes a los usuales. Los dominicos o los franciscanos serian los encargados de llevar este proceso, por lo que estoy realizando varias investigaciones en las que  voy a estar muy ocupado siguiendo la trama de este proceso y dictando ordenes muy confidenciales a las principales cabezas del Temple para que preparen todos los documentos y archivos del Temple  que te seran entregados para que los lleves a lugar seguro. De la misma forma, he ordenado al tesorero que disminuya la recaudación de depósitos al Temple y que los más relevantes sean enviados a lugar seguro. Esta será tu misión que deberá ser iniciada de inmediato. Según se presenten más acontecimientos, te daré nuevas instrucciones.  Quiero que muevas todos los tesoros de los lugares secreto que tenemos y los lleves a un lugar que solo yo y algunos cuantos conocen por lo que tendrás que escoger un grupo de caballeros templarios en los cuales tengas absoluta confianza y discreción. En este documento lacrado están los nombres y lugares a los que te dirigirás, he dado instrucciones para que los archivos y depósitos sean enviados a nuestra casa en Roma evitando cruzar por Francia y sus países vecinos, de ellos tu te encargaras de la estrategia para transportarlos sin causar sospechas. Espero en Dios, tengamos el tiempo suficiente para poner todo a salvo. Trata de mantener oculta del resto del temple tu misión, en Roma se te darán mas instrucciones para indicarte a donde dirigirte y con quien conectarte para obtener ayuda para transportar en partes este gran cargamento hacia su destino final, tendrás algunas sorpresas tal vez agradables al final de esta misión pero deberás retornar a Paris para darte mas instrucciones que habrán de cumplirse de ser necesario. Que el   Señor ilumine su rostro sobre ti y que sus ángeles te protejan y ayuden a realizar esta misión. Poniéndose de rodillas, el Caballero beso su mano y antes de despedirse se abrazaron mientras el Marshall le murmuraba, “volveré pronto Maestre y estaré listo para protegerle o correr la misma suerte de usted.
Despertando de sus pensamientos, volvió sus ojos hacia sus compañeros y vio que todos ellos dormían profundamente, solo a lo lejos, pudo ver a los guardias vigilantes atentos a la noche y a sus sombras.

Sin la intención de aburrirlos con el ensayo de uno de mis capítulos de mi libro en proceso “Militia Dei” he decidido publicar estas páginas en el Blog, para expresar mi opinión con respectos de algunos temas que se han publicado recientemente. Agradezco también a mi amigo y M:.T:. Carlos Luis Juncal Mir, por su tema “Medicina Del Medioevo” que es de gran interés e importancia para referencia en mi libro. En páginas anteriores les decía que yo en lo personal no creo en la evolución sino en la transformación. La evolución es cambiar de una especie a otra, la transformación es el proceso de cambio que se origina en una misma especie por lo que tampoco creo en los hombres X o evolucionados con superpoderes. Todas las especies están condicionadas a desaparecer, sin ser el hombre una excepción, pero la transformación del hombre a “Superhombre” en el vocabulario genial de Nietzsche, no es en el campo del universo Material sino en el del Universo Espiritual.  Eliminar enfermedades y sufrimiento, prolongar la vejes digna, es decir con un nivel de vida digno, proporcionar bienestar y riqueza, y muchos otros ideales del genero humano, serán solo posibles si cambia en su mentalidad y en su espiritualidad, aunque la muerte será un factor inevitable. Sin embargo, si creo en la resurrección de Cristo y en sus promesas de resurrección para sus seguidores, por lo que no me intereso en otros estilos de vida que no sea el cristianismo o la imitación de Cristo, por eso miro al Temple desde un punto de vista sencillo y diferente, y miro en el por desgracia, una evolución, es decir un cambio de especie, aunque también veo con alegría que hay en el, un proceso de transformación. 

  
Con un fraternal saludo para todos mis hermanos y hermanas Templarias que siguen nuestras paginas.

Desde la soledad del Temple


Vicente De Houston
Un Marshall Olvidado
“UBI AMOR IBI OCULOS”

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